Hoy no es martes y 13

Hoy es martes pero podría ser lunes, hoy es 13 pero podría ser cualquier otro día. Hoy es martes y debo repensar el sentido de la superstición.
Las luces de los coches llenaban la carretera y ellos dormían detrás, sin hacer caso a la velocidad de decenas de personas que pasaban a mi izquierda a más de 160 por hora.
Ella me mira, "no hagas caso", piensa.
El maletero va literalmente repleto de tomates, pimientos, higos, acelgas...y ropa de fin de semana.
La definición de superstición perfecta es que todos los tomates lleguen en perfecto estado.
Quito la radio, ella pone un disco a oscuras para no despertar a los niños y dice: "Ya veremos lo que sale". Love Song, The Cure. Podría haber sido peor, desde luego; pero mejor, complicado.
No puedo mirarla a los ojos porque no soy tan diestro al volante como para hacerlo; además, demasiados madrileños con prisas me rozan el lateral a una velocidad excesiva.
Hoy no es martes y 13, es un día más en el que susurrar al oído, aunque sean canciones de otros, aunque sean versos de otro.
(Tengo un amigo que, olvidadas las clases de inglés del instituto, recurrió a Lenny Kravitz para ligar con una extranjera -realmente éramos nosotros los extranjeros en su país, pero ésta es otra historia-. La chica se dejó llevar por los versos robados como no podía ser de otra manera. Indudablemente conocía la canción, pero era lo de menos, lo importante fue cómo concluiría).
Hoy es el día de regalar a todos los oídos una Love Song (cuatro gracias o a pesar de Youtube).

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