Mochilas de colores


Camino del trabajo a las ocho menos cuarto de la mañana, con la cremallera hasta la campanilla.
Albacete puede parecer gris a primera hora de la mañana, incluso limitado a los sonidos de coches y operarios de la construcción. Trataba de abandonar esta idea subiendo el volumen de mis auriculares cuando, tras una esquina, me ha sorprendido un tremendo escándalo.
Niñas de colegio (y algún niño) con perversas intenciones a juzgar por el tono de sus risas.
Todas ellas con zapatillas de deporte de color blanco, todas ellas con vaqueros, todas ellas con mochilas colgadas a la misma altura. Mochilas de idéntico diseño y tamaño.
¡Pero cada una de diferente color!
Y no puedo reproducir las tonalidades porque mi ordenador no tiene tanta resolución.
Un destello de risas entre los ruidos.
Un destello de colores maquillando la ciudad a una hora temprana.
Por un instante, al verlos llegar y concentrarse frente a las puertas del colegio (se da la contradicción de que muchos preadolescentes van al colegio, y muchos niños van al instituto) he pensado, he tenido la certeza, de que iban a derruirlo.
Ha sonado en mi mente, sin querer School's out, y el ruido repentino de una hormigonera cercana lo ha confirmado.
Las mochillas iban llenas de herramientas, quince chicas y dos chicos se han lanzado contra la pared del patio, supongo que es un buen sitio por donde empezar.
Los padres, que estaban dejando a sus chicos menores en el colegio, los han vuelto a subir con prisas a los coches. Temían lo peor.
Yo no podía dejar de mirar las mochilas de colores, ahora vacías en el suelo. Todas ellas de idéntico diseño, del mismo tamaño, incluso vacías. Cada una de ellas de diferente color.

Lo veréis hoy en las noticias.

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