Campeón mundial de meter...la pata

No quería escribir nada para no quitar el enlace al libro de Alberto. Pero cáspita, tenía tantas cosas interesantes que contar que he pensado: "Alberto sabrá perdonármelo".
Gracias al blog de nuestro querido Juan me entero de que empiezan los mundiales...de balompié. Y no puedo remediarlo, cada vez que hay mundiales me acuerdo de una anécdota divertidísima...De esas que son divertidas con los años, no cuando las estás sufriendo.
Estaba en Granada, claro (mis historias suceden siempre en Granada o Japón), y me presentaron a una chica de Jaen que no estaba mal pero a mí me pareció buena elección de cara al fin de curso.
Fui a por ella con toda la artillería. Pero era de las duras: "Tómate un café, date un paseo, vente a tomar algo, estudiamos juntos". Esas cosas ridículas que tanto nos molestan a los tíos.
Pero la clave fue: "Mañana hay partido de la selección, ¿te apetece verlo conmigo?", dando por supuesto que, por ser tío, me gustaba este deporte.
"Por supuesto, contesté".
Me tragué hasta tres partidos de la selección dentro del mismo campeonato. Supuso un par de semanas, si no más, de perder el tiempo, beber cerveza barata y comer patatas fritas, mirando de reojo la oportunidad de morder, saltar, acosar.
Y España no pasó de cuartos.
Yo no pasé de las eliminatorias.

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