No tengo tiempo libre

La ventaja del verano es que se suele disponer de más tiempo para uno, para hacer lo que a uno le venga en gana.
La desventaja de disponer de este tipo extra o añadido, es que no se suele aprovechar; al menos yo no lo hago.
Y lo peor de todo es que siempre hay algún amigo cerca que te recuerda que con ese tiempo libre lo que se puede hacer es mucho: una catedral, una obra maestra, actualizar el blog.
Cuando pienso en tiempo, pienso en relojes; cuando pienso en perder el tiempo pienso en sofás y camas, o sofascama en su defecto. Ahora en verano pienso en imposibles helados de cuatro bolas y camisetas manchadas de chocolate y vainilla, o libros manchados de café (o chocolate y vainilla).
De manera que, apropiándome una vez más de los comentarios de mis amigos, utilizo algo de tiempo que debería estar dedicando a comerme un helado (incluso de un sabor distinto), para actualizar el blog y hablar de algo tan interesante como digamos...el divorcio del presidente del congreso de los diputados o la pintura de la pared de la casa de la vecina.

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