Como hoy estoy de buen rollo y hace un bochorno insoportable y la humedad nos va a matar en esta bonita ciudad de la Mancha, voy a meterme con alguien. Sí. Le toca el turno a una de esas fundaciones de un banco supergigante con nombre de empresario multimillonario y, al mismo tiempo, sinónimo de lo que se llevan los cacos en un robo (¿ya lo habéis pillado?). En fin, vi una ofertica de trabajo, de estas que molan, para trabajar en una asociación por un salario tirando a decente y me dije: ¡Voy a echarla! Es decir, voy a echar el CV. Pero amigo mío, no vale con mandar un correo con tu curriculum en word, no, eso es lo fácil para el parado. Lo que hacen las empresas serias es gastarse un dineral en una plataforma que no hace sino complicarnos la existencia. Tienes que rellenar datos y más datos y luego, encima, mandarles el CV en word. Para que luego ni se lo lean o una máquina lo clasifique. El caso es que cómo me lo veía venir, leí hasta el final y vi que era condición indispen