Días festivos de lecturas recomendadas

Me ha pasado una de esas cosas que no pasa más que de vez en cuando y normalmente en librerías de segunda mano.
El viernes fui a comprarme un par de libros (de bolsillo, por supuesto) para el finde-puente. Uno previsible de Robert E. Howard y otro más previsible aun de Donna Leon y el Comisario Brunetti.
Así que hice mi maleta lo mejor posible, olvidé mis calzoncillos y llegué a la sierra entre tormentas y turistas.
Empecé las lecturas como a mí me gusta, un capítulo de un libro y un capítulo del otro, como debe ser, para concentrarse bien. Así llegué a la página 60 de uno y la página 65 de otro. Pero la página 65 me condujo a un callejón sin salida sorprendente, más teniendo en cuenta que leía acomodado en la cama, listo para entrar en los mundos de Morfeo (ese señor que ya existía antes que el grupo de música).
Y voy a pasar la página cuando compruebo que de la 65 salto a la 91, uy, "¿me habré quedado dormido ya?", me dije. Pero no, faltaban páginas en un libro nuevo...que aunque sea de bolsillo, es nuevo.
"Me han fastidiado el fin de semana", le dije a mi señora que adormilada veía la tele. Porque no hay nada peor que quedarse sin saber lo que pasa en una novelilla de misterio.
¿Ahora qué?
¿Me devuelven el dinero o pido que me lo den nuevo? Aunque, por otro lado, mola tener un libro sin la mitad del argumento.
¡Qué sensación! ¡Qué mal trago!
Cosas de los días festivos.

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