Un almacén de juguetes

Los papás y las mamás estamos encantados de que los nenes tengan más regalos de los que hemos tenido nosotros (sus progenitores) en toda nuestra santa vida.
Los papanoeles y reyesmágicos llenan mi casa de bicipatinescochesmuñecosjuegosconruidomáscochesmásruidopilascartónplásticoyregalossinnombre.
Y me siento orgulloso de que mis hijos terminen jugando con:
A. Caja de cartón.
B. Coche de metal.
C. Muñeco de peluche.
(Y no en este orden ni en exclusiva, claro).
Pero todo ello me lleva a pensar en la necesidad imperiosa de comprar una casa más grande, la Casa de los Juguetes. De hecho, he llamado a Campollano y me han explicado que la ampliación de la zona Norte, así como muchas naves que se han quedado vacías, las están reconvirtiendo en almacenes para juguetes, donde pueden ir los chavales a jugar. Pero, sobre todo, pueden ir los padres a dejar los juguetes nuevos y seminuevos, estrenados o incluso con el papel de envolver.
Al parecer es un lugar mágico, estoy pendiente de que me manden tarifas y fotografías. Pero me han dicho que se tiene la sensación de Navidad continua, de un permanente cumpleaños, el lugar ideal para pasar las tardes.
El Ayuntamiento va a poner más autobuses para que las familias puedan tener acceso a estas naves y hacerlo lo más familiar posible. Y es posible que instalen un minicentro comercial con interesantes menús de niños, menús descuento, meriendas, comidas, etcétera.
Todo ello para facilitar la vida a los padres.
Me parece una idea estupenda.
Porque yo no sé qué hacer con tanto juguete y, sinceramente, mis hijos tampoco.
Yo recurro a almacenarlos en un altillo y dentro de unos meses, tirarlos a la basura (al reciclaje).
Ellos optan por jugar con lo más fácil, el peluche, el camión-coche o un tebeo. O con el centenar de envoltorios de cartón, donde se puede pintar, cortar, colorear, deformar, esconderse, etcétera.
De ahí que la idea de un almacén de juguetes me parezca brillante.

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