Como hoy estoy de buen rollo y hace un bochorno insoportable y la humedad nos va a matar en esta bonita ciudad de la Mancha, voy a meterme con alguien. Sí. Le toca el turno a una de esas fundaciones de un banco supergigante con nombre de empresario multimillonario y, al mismo tiempo, sinónimo de lo que se llevan los cacos en un robo (¿ya lo habéis pillado?). En fin, vi una ofertica de trabajo, de estas que molan, para trabajar en una asociación por un salario tirando a decente y me dije: ¡Voy a echarla! Es decir, voy a echar el CV. Pero amigo mío, no vale con mandar un correo con tu curriculum en word, no, eso es lo fácil para el parado. Lo que hacen las empresas serias es gastarse un dineral en una plataforma que no hace sino complicarnos la existencia. Tienes que rellenar datos y más datos y luego, encima, mandarles el CV en word. Para que luego ni se lo lean o una máquina lo clasifique. El caso es que cómo me lo veía venir, leí hasta el final y vi que era condición indispen
Albacete, 15 de abril de 2024 (por si no sabes dónde te encuentras) Supongo que, lo mismo que me sucede a mí, le sucede a mil personas más. O quizás unas cuantas menos. Es por amortiguar y por empezar de alguna manera, porque el inicio es importante, ya sabes, eso de "cómo empieza y no cómo acaba". Una de esas cosas es lo mucho que me gustan los inicios de algunas películas; creo que era Samuel Fuller quien dijo que una película interesante tenía que empezar con una buena explosión, a partir de ahí todo iría bien. Yo no diría tanto, aunque sí podría afirmar que, con una serie de imágenes que me llenen la cabeza, que me llamen la atención, cualquier película ya me merecería la pena. En algunos casos, solo los primeros minutos, pueden ser dos, pueden ser diez, me apasionan y hacen que un trabajo sea digno de ver y de repetir su visionado. Si luego el resto de la película es bueno, malo o regular, es otra cosa. He empezado a ver Corazones de Hierro , de 1988, no recuerdo el ci