19 de abril de 2024 (para que sepas en el año en que vives) Cuando era más chaval, me encantaba ver los bailes funki de los vídeos de la tele, mujeres como Paula Abdul , con sus coreografías que todavía hoy se siguen copiando y copiando en vídeos de redes sociales y programas de aspirantes a estrellas; o los coros de mujeres bailarinas que para mí suponían un ejemplo, porque no tenía referentes masculinos, salvo el bailarín de Bony M. (Bobby Farrell) que pegaba saltos, subía, bajada, giraba de manera un tanto anárquica. Sé que había muchos bailarines españoles que aparecían en aquellos programas musicales de los años 80, pero qué le vamos a hacer: no me convencían tanto, supongo que la culpa no era suya, sino de las coreografías que les hacían bailar. En la memoria de una persona los recuerdos bailan, como es posible que bailen las fechas; podría recordar a través de los ojos de Internet y la Wikipedia , no sería lo mismo. No recuerdo la primera vez que vi a Prince , pero sé que pens
Como hoy estoy de buen rollo y hace un bochorno insoportable y la humedad nos va a matar en esta bonita ciudad de la Mancha, voy a meterme con alguien. Sí. Le toca el turno a una de esas fundaciones de un banco supergigante con nombre de empresario multimillonario y, al mismo tiempo, sinónimo de lo que se llevan los cacos en un robo (¿ya lo habéis pillado?). En fin, vi una ofertica de trabajo, de estas que molan, para trabajar en una asociación por un salario tirando a decente y me dije: ¡Voy a echarla! Es decir, voy a echar el CV. Pero amigo mío, no vale con mandar un correo con tu curriculum en word, no, eso es lo fácil para el parado. Lo que hacen las empresas serias es gastarse un dineral en una plataforma que no hace sino complicarnos la existencia. Tienes que rellenar datos y más datos y luego, encima, mandarles el CV en word. Para que luego ni se lo lean o una máquina lo clasifique. El caso es que cómo me lo veía venir, leí hasta el final y vi que era condición indispen