Preferimos hacer el in-dio

Madre mía, madre mía, madre mía, no sé por dónde empezar: se acaba Operación Triunfo, ¿qué escucharán ahora los chavales? ¿Cómo les lavaremos el cerebro ahora? Y, sobre todo, ¿qué se descargarán de Internet?
Por otra parte, los cachondos del PSOE de Cataluña y de CIU están preocupados por las cosas importantes de la vida: que la gente vaya sin camiseta, sin pantalones o sin chancletas por la calle. A ver si llega la primavera y a la gente le da por follar o algo, o por mirar culos o abdominales de chicos buenorros.
Pero la noticia que más me mola de las que he cotilleado esta tarde es: roba a tus hijos las contraseñas...cursos especializados para robar las contraseñas a los chavales y así saber qué escriben, qué correos mandan, sus cartas de amor, de sexo, sus intimidades, en fin, lo que sea.
¿Para qué vamos a educar a nadie? ¿Para qué voy a enseñar a mi hijo valores si yo no los tengo? ¿Para qué la educación si puedo espiar y luego castigar? La responsabilidad no es mía, será de tuenti, feisbuk o las redes sociales que son más malas quepaqué.
Los padres no, los padres son buenos.
Con estas noticias primero me echo a reír, luego me echo a llorar, luego a reír otra vez porque no está el horno para bollos. Luego me mosqueo. Y luego recurro a lo único que me anima:

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