Jardines de julio

Sin querer, me metí en un jardincillo, así sin darme cuenta, a lo pavo que decimos en Albacete. Lo de la foto son unas ruinas aztecas que hay en el pueblo de mis padres, no me preguntéis por qué. Aunque, por otro lado, bien podría ser un murete en mitad del jardín de casa de mi tía. Pero lo de los aztecas es más divertido, sobre todo por lo de las lanzas y las flechas envenenadas.
Me puse a escalar, olvidando que no llevaba el calzado adecuado y me vino a la cabeza una anécdota de la primera vez que estuve en Inglaterra: cuatro típicas inglesas (altas, gordas, rubias, cara roja, y borrachas) amenazaron a una chica muy mona de La Roda...y muy jovencita. Sólo iba ella, con otra amiga y un chico marroquí del colegio donde estudiábamos. Nosotros íbamos dos bares por delante.
No pasó nada, salvo cuatro ostias que se llevaron cada una de las chicas...el marroquí no, ¿por qué? Porque se fue corriendo a su casa, pero volvió a la hora más o menos, cuando con cerveza tratábamos de consolar a las chicas. Su respuesta a la pregunta de por qué se había largado fue: "No llevaba el calzado adecuado para pelear".
En Inglaterra había muchos jardines, y creo que me metí en muchos de ellos.
Aunque aquí en España  hay casi más, y si puedo, me meto en todos los que pillo.

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