Sherlock H. y los zombis de Camford (una crítica)

Al empezar la novela Sherlock Holmes y los zombis de Camford uno es consciente de que va a encontrar novedades al respecto de la vida del detective de Londres. Pero no es todo así de sencillo, los zombis, los muertos vivientes no aparecen como tal a las primeras de cambio ni nos dan un susto tremendo engullendo vísceras a la quinta página.
Lo que encontramos es a un Holmes encantado frente a un nuevo caso, emocionado ante la posibilidad de aventurarse con el extraño compañero de aventuras que es Otis Mercer, el narrador de esta aventura y un personaje que, sin duda, se merece una vida larga y próspera. A pesar de que todo cuanto sucede a su alrededor es extraño, nuevo y fantástico. Sin duda un personaje con el que muchos se identificarán.
El muerto viviente, como sucede en las mejores novelas del género Z, no es sino una excusa para presentar una historia trepidante, intrigante, fantástica (por buena y por el género al que pertenece) que se devora y te devora, que no puedes dejarla porque no eres consciente de si al final los muertos vivientes saltarán los muros y conquistarán Europa o quedarán reducidos a cenizas.
Y quién es el responsable de solucionar y dar fin a la historia: podría decir que Sherlock Holmes, pero os destriparía el final.
Esta historia está ambientada en la vida universitaria de la época, lo cual no es sino un aliciente añadido para mostrarnos al Holmes entendido y cultivado. Nos muestra las investigaciones ocultas del mundo universitario, incluso las investigaciones encargo del Gobierno de su Majestad. Todo ello en el submundo de sótanos secretos, puertas cerradas a cal y canto, jaulas con diversas especies animales y científicos en el límite de la cordura.
Nuevas armas, nuevas herramientas bacteriológicas, todo un compendio encaminado a combatir a los enemigos de la Gran Bretaña, vengan de donde vengan. Y digo bien porque las amenazas surgen de cualquier lugar, incluso del espacio exterior.
Sin duda, una novela que hará las delicias de los amantes de Holmes (el estilo sherlockiano se acerca de manera peligrosa y emocionante al canon y nos sumerge sin previo aviso en el mundo Conan Doyle), pero también de los amantes de lo fantástico.
Quien espere una lectura de domingo por la tarde, verá truncadas sus expectativas puesto que Sherlock Holmes y los zombis de Camford es una apasionada lectura que merece tres e incluso cinco relecturas para indagar en detalles, personajes secundarios tremendos y con vida propia (existe el rumor de que el autor prepara ya la segunda y la tercera parte de esta obra).
Un libro que no tardará en verse reflejado en la pantalla grande (sea de cine o de salón de casa) porque tiene la velocidad, el dinamismo y la chispa del mejor House, la más intrigante Bones y el aire más enigmático de los clubes de fumadores de Londres.

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