un año más de recuerdos

a las personas del signo cáncer las suele mover y condicionar la luna.
a los cáncer, como al resto de personas, nos condiciona la propia vida, fechas, imágenes, personas, sitios, situaciones.
lo bueno del mes de febrero es que tiene apenas 28 días.
lo malo de febrero es que todos los años se repite.
y desaparece sin darte cuenta apenas, pero te deja pequeños recuerdos, de chicos adolescentes, de un sol abrasador impropio del mes de febrero, de una casa llena de gente que debería estar en otro lugar, de unas lágrimas que no deberían existir.
no puedo evitar recordar la Guerra de las Galaxias cuando me acuerdo de Nacho, fue la primera peli que vimos juntos. ahora me acuerdo de él cada vez que miro a mis hijos o cada vez que uno de ellos lo menciona y habla de él con la familiaridad de quien disfruta de la inocencia.
me acuerdo de él cada vez que hablo con algún amigo de los medios de comunicación, o cada vez que mis amigos de medios de comunicación se quejan de lo mal que está el trabajo.
yo me reía de él porque le gustaba Chenoa, él se reía de mis gustos y decía "ya estás escuchando ese narreo".
escribir de él en febrero no supone nada, no significa nada.
porque el recuerdo pervive por encima de los meses o de fechas señaladas.
cuando tenía 16 años, una amiga, cáncer como yo, me decía que lo bueno que tenemos los de nuestro signo es que en una semana cambiamos y se nos pasa el mal humor, sólo con que cambie la luna. es la ventaja de febrero, se pasa más rápido, el recuerdo más amargo se pasa rápido.
pero el recuerdo perdura.

mientras escribo, mis hijos juegan en su habitación y no paran de reír.

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