Condicionantes
En serio, la culpa es de la herencia recibida.
A ver por qué, si no, me pongo a dar cabezazos a las 8 de la mañana mientras desayunaba con mis hijos guapos y lindos.
Siempre de fondo R3, claro, que ya tendrán tiempo de escuchar pachanga, y de repente aparece:
Entonces mis hijos guapos y lindos me miran y se sorprenden de que me sepa la letra y se mean de risa cuando canto "mañana sol, y buen tiempo".
En serio, que la culpa no es mía.
Pero claro, llevo a los nenes al cole, hago mis tareas, miro un poco de porno mañanero (hay páginas específicas) y los malditos de R3 me la juegan de nuevo. Ala, a saltar.
¿Qué queréis que os diga?
Salta que salta, salta sin parar y a mí las abujetas me salen antes que a los demás. Luego mi señora doña se ríe de mí. Y me dice eso tan bonito de "no pesan los años, ¡no poco!".
Hoy como pasta, y eso me emociona siempre. Esa sensación infantil de "por mucho que coma, nunca habrá bastante". Me invento una salsa y espero que en R3 me sigan animando a bailar, que me lleven de la mano, que no me gusta mucho pero bueno, un día es un día.
Y mañana es San España, digo El Pilar, y las carreteras se llenarán de coches, lo cual es sintomático de que crisis la justa y para quien la sufre. Y me mosqueo porque en el Caralibro no hace más que salir publicidad de las Fuerzas Armadas y a mí no me cogerían por bajo, así que me pongo a escribir un cuento infantil de un niño al que le pondré el nombre de Garbancito. Se perderá y todos lo buscarán. ¿Sabéis dónde estaba? No, claro que no, porque no he terminado el cuento todavía.
A ver por qué, si no, me pongo a dar cabezazos a las 8 de la mañana mientras desayunaba con mis hijos guapos y lindos.
Siempre de fondo R3, claro, que ya tendrán tiempo de escuchar pachanga, y de repente aparece:
Entonces mis hijos guapos y lindos me miran y se sorprenden de que me sepa la letra y se mean de risa cuando canto "mañana sol, y buen tiempo".
En serio, que la culpa no es mía.
Pero claro, llevo a los nenes al cole, hago mis tareas, miro un poco de porno mañanero (hay páginas específicas) y los malditos de R3 me la juegan de nuevo. Ala, a saltar.
¿Qué queréis que os diga?
Salta que salta, salta sin parar y a mí las abujetas me salen antes que a los demás. Luego mi señora doña se ríe de mí. Y me dice eso tan bonito de "no pesan los años, ¡no poco!".
Hoy como pasta, y eso me emociona siempre. Esa sensación infantil de "por mucho que coma, nunca habrá bastante". Me invento una salsa y espero que en R3 me sigan animando a bailar, que me lleven de la mano, que no me gusta mucho pero bueno, un día es un día.
Y mañana es San España, digo El Pilar, y las carreteras se llenarán de coches, lo cual es sintomático de que crisis la justa y para quien la sufre. Y me mosqueo porque en el Caralibro no hace más que salir publicidad de las Fuerzas Armadas y a mí no me cogerían por bajo, así que me pongo a escribir un cuento infantil de un niño al que le pondré el nombre de Garbancito. Se perderá y todos lo buscarán. ¿Sabéis dónde estaba? No, claro que no, porque no he terminado el cuento todavía.