Nuevas Tecnologías

En la misma semana debato, por decir algo, sobre la necesidad o no de las nuevas tecnologías. No si están bien sino el uso particular y profesional que algunos amigos le dan.

Por un lado Internet en las aulas y por otro los libros digitales.
Me ha resultado curioso que un par de amigos tengan una academia de las de toda la vida y en sus instalaciones no haya ni aula de audiovisuales ni un mal ordenador. En serio, en ninguna de la aulas, ni en la entrada, hasta las fichas las llevan a mano. ¡Y cada vez tienen más alumnos! Porque llevan un sistema tradicional de aprendizaje, lectura comprensiva, pizarra, trabajo y esfuerzo y sin caer en tentaciones de presentaciones en diapositivas, dibujitos ni cosas por el estilo. Y de momento no se conectan a la red, a pesar de que son conscientes de que en el futuro lo harán y de las ventajas que tienen, es decir, no son rehacios, sino que en su sistema actual de trabajo no lo necesitan, con lo cual sus alumnos tiran de lapicero, pizarra y libretas.Y aprenden, guau. Y en las oposiciones sacan plaza, guau.

Por otro lado mi amigo Juan insiste una y mil veces en recomendar los ibuk o libros digitales, que si se lee mejor, que si cabe más, que si el diccionario, que si las búsquedas que si los patos. Y no termino de verlo aunque sé que dentro de nada picaré y me sentiré orgulloso de llevarme de vacaciones mil libros en un solo aparato porque estas vacaciones (de dos días) me ha pasado una de las cosas que más rabia me da: me llevo dos libros, termino uno y empiezo el otro, no me gusta y me quedo sin lectura...con el ibuk esto no pasará necesariamente, pero conociéndome empezaré a leer 7 libros a la vez, sin enterarme de ninguno.
Y conociéndome más, lo romperé a los dos días.

Las nuevas tecnologías nos cogen por los cataplines pero hay maneras de resistirse y, desde luego, hay puntos de vista. Yo, con las nuevas tecnologías he pasado de escribir en libreta y leerme yo, a escribir en blog y que me lea Juan (porque yo lo leo a él, sino tampoco).
Pero siempre quedará el regusto del miedo que dejar cosas atrás como sistemas tradicionales de aprendizaje (por tradicional no entiendo la letra con sangre entra, sino esfuerzo y dedicación) o de perder el amor a los libros y la literatura al disponer de ellos como simples bits.

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