Albacete Basket y baloncesto en la ciudad. De Oro a Plata
Llevo todo el año deseando escribir de baloncesto, del Albacete Basket, del baloncesto en la provincia y de, por más que nos duela, lo poco que significamos.
Confirmado el descenso del equipo, expulsada la bilis como cada cual ha podido, nos hemos concentrado en pensar en el año que viene, que en deporte quiere decir la temporada que viene, que en baloncesto quiere decir: ¡Ponte las pilas que la temporada ha empezado ya!
Algunos estamos preocupados por si se quedará el entrenador, si se quedarán los jugadores, si la directiva no se irá a por tabaco para no volver...Pero lo cierto es que nos faltan cosas fundamentales.
APOYO
No tuyo ni mío. (Bueno, yo podría apoyar más en las redes, gritar más en los partidos, no fallar en ninguno de ellos, animar a algún patrocinador, aunque sea pequeño. Presionar a las administraciones con descaro para que se impliquen y no solo de boquilla. El Albacete Arena podría molar, sí; pero molaría más implicación económica y que llegara en plazo, no cuando ya hemos descendido...)
Hace muchos años, en una galaxia muy lejana, en Villarrobledo, al terminar un partido de baloncesto en que jugaba un amigo, partiéndose la cara (a veces en sentido literal) en la durísima Primera Nacional, le decíamos: "¿Por qué no has lanzado, por qué no has penetrado más? Lo tenías clarísimo". Él nos contestó una obviedad: "Os juro que no lo he visto. Os juro que abajo las cosas se ven distintas".
Las cosas no se ven igual, no.
APOYO
Llevo todo el año tratando de escribir del Albacete Basket. Hemos recibido algo más de cobertura, éramos LEB ORO, la segunda categoría estatal. Han analizado a nuestro equipo, a jugadores que han pasado por la ciudad cuyo futuro es de lo más prometedor.
La verdad es que no tenía mucho que decir, me he limitado a seguir y apoyar al equipo en todas y cada una de las derrotas, algunas muy dolorosas, porque desde arriba se veía de una manera, no sé cómo se vería desde abajo. Las victorias las hemos celebrado como migajas de hambriento.
El baloncesto le importa a mucha gente, por descontado, prueba de ello es el nivel que existe en la provincia de Albacete y en la región en general. Primeras nacionales, EBAs, Platas, Oro. Llegar ahí es complicadísimo, solo hay que preguntar (escuchando) a las directivas de los clubes de los pueblos. Cuando digo directivas de pueblo lo digo con todas las letras: apasionados de patio de colegio que se dejan o han dejado la piel por que las cosas funcionen, por el deporte que aman. En el caso del baloncesto todos somos de pueblo, los de la capital un poco más, si cabe. (En el punto final entenderás el motivo).
La masa social que movemos es limitada: sí, hay muchos papás y mamás de baloncesto escolar, cuentan lo que cuentan, casi nada. La presión que se puede ejercer sobre una administración es irrisoria (que da risa, vamos). De hecho, si desaparece un club de baloncesto a nadie le importa, salvo a cuatro como tú y yo. Porque las extraescolares se recuperan con cuatro monitores en los colegios y una inversión mínima para cubrir expediente. Pregunta al CBV.
Cualquier empresa de cualquier parte del mundo puede y debe hacer con su pasta lo que considere. ¡Solo faltaba! Pero preguntad y escuchad las cantidades que se reciben en la región. Debéis saberlo: el nivel de apoyo es limitadísimo, migajas para hambrientos.
No somos el deporte rey. Mala suerte.
Si un club como el CBV estuvo a punto de desaparecer…daba igual. ¿Jode? Ea. Mala suerte.
En Albacete este año nos han follado bien.
Ups. ¿No te gusta ese lenguaje?
¡Vaya! Lo siento.
Sí, sí, sí, el baloncesto no es como otros deportes, aplaudimos a los rivales cuando se van de nuestra pista (menos a aquel listillo que se fue tocándose los huevos y luego dejó a su equipo a mitad de temporada para irse a la ACB), pero somos rudos cuando corresponde, qué le vamos a hacer.
Este año sabíamos que la cosa no iba a ser sencilla: sin pasta, con una estructura que lucha por hacerse profesional…sin pasta; con unos apoyos limitadísimos y de boquilla la mayor parte de ellos.
Podríamos haber ganado, qué sé yo, ¿cuatro, cinco partidos más? Fácilmente, cuando digo fácilmente no lo digo porque sea sencillo, sino como manera de hablar; como que nos han follao en minutos finales como pardillos.
Sé que hay chavales a quienes no les vino bien el cambio de categoría, que volarán a otros equipos: mantenerse en un equipo perdedor es complicado, eso lo hacemos los aficionados (y ya veremos). Los jugadores tienen que mirar por su interés personal, profesional y económico. Es normal, nadie los va a criticar por eso. El aficionado critica a un jugador que baja los brazos.
Albacete ciudad ha demostrado que va justita de apoyar al baloncesto, aunque hemos visto el pabellón lleno en más de cuatro ocasiones. Pero muchas empresas no quieren arriesgar e implicarse, están en su derecho, qué leches. Cada uno hace con su dinero lo que le da la gana. Las instituciones apoyan de boca, pero no resuelven, por no hablar de ciertas limitaciones administrativas de personas con nombre y apellidos que frenan la evolución que en otras ciudades superan de carrerilla. Mala suerte, tío. En serio, que cada cual asuma lo suyo. Llega un momento en que te aburres de escuchar excusas, y ser bueno, porque los del baloncesto somos buenas personas. (Me abuuurroooo. Es lo que pienso y piensan muchos cuando escuchamos las mismas excusas en lugares parecidos).
En el baloncesto somos rudos cuando corresponde. En algunos partidos procuro desahogarme, como estoy haciendo ahora, voceo, animo, chillo, silbo; alguna palabroteja se me escapa. Sobre todo voy a ver buen baloncesto, buenísimos jugadores que han pasado por aquí. Y no, no voy a hablar del NBA, pero sí quiero mencionar a uno de los jugadores que más me han gustado desde que nos embarcamos en liga EBA: Tyson Pérez. Aquel tipo nos hizo un traje con tanta calidad y estilo que me encanta ver sus partidos a día de hoy, me encanta verlo en la selección cuando le dan la oportunidad.
¿Por qué menciono de este jugador? Por estas tonterías de quienes nos gusta el baloncesto: vas, echas la tarde, revisas estadísticas, comentas las jugadas, criticas la parte que puedes hasta donde puedes, te dejas llevar por el deporte, y sigues disfrutando hasta mucho más allá. Eso me lo decía una y otra vez Pepe Cicuéndez en Villarrobledo. Fue el primero en contarme lo bueno que era Manolo Blázquez, hace mil años, cuando de crío empezó su recorrido por decenas de pistas.
APOYO
Hace falta más.
Más pasta, por descontado.
Más implicación: es curioso que, temporada a temporada, se siga criticando la labor del Ayuntamiento, Diputación y Junta de Comunidades, labor y limitaciones. Porque de promesas no se vive y las escuchamos mes a mes, mes a mes, mes a mes, mes a mes. ¿Os parece repetitivo? Imaginad al club cuando está en números rojos; cuando tiene tal boquete que a un jugador se le van las ganas de defender o atacar. Y, de repente, en un partido al azar...baja los brazos.
Imagina la cara de jilipollas que se te queda.
Los miembros de la directiva han pasado una racha jodida. En eso no me meto (Albacete es suficientemente pequeño como para estar al tanto de todo), porque cuando haces las cosas sin ganar dinero, te callas o apechugas tú. Cosas buenas y malas, pero se han dejado la piel. Lo sé.
Del equipo sí que podría hacer alguna crítica, algo que no solemos hacer en Albacete, porque cuidamos a la gente que viene a jugar con nosotros. He visto a algunos desanimados, imagino que con razones obvias: falta de dinero, sueldo limitado, falta de minutos, lo que sea. Cuando has visto a muchos jugadores y muchos partidos, te das cuenta. Ellos lo saben. El aficionado lo sabe y lo ve, lo perdona, lo critica lo justo.
Y seguirá animando como un desgraciado el año que viene, porque este es nuestro viciocesto. Ir al pabellón del Parque a disfrutar, aunque sea perdiendo. Porque no veremos un Palacio de Deporte como tienen otras ciudades más grandes que Albacete (¿Notas la ironía, te has partido ya de risa, o se te cae la cara de vergüenza cuando ves pabellones mejores que el nuestro?)
(TOQUE FINAL) Albacete, población: 172 mil. Algunas ciudades de ORO: 79 mil, 78 mil, 244 mil, 298 mil, 137 mil, 175 mil. Bueno, supongo que son cosas que no tienen que ver con…nosotros…los del baloncesto.
(Foto del detalle para Diego Fox del Albacete Basket)
